Cuando el verano se va y comienzan las estaciones frías, es necesario tener un mayor cuidado de los caballos, especialmente de los que se mantienen constantemente al aire libre. Esto se debe a que los cambios de temperatura pueden ocasionarles resfriados a los equinos. En este sentido, es conveniente saber: ¿qué hacer cuando el caballo se ha resfriado?
Es por ello que en el presente artículo iremos al grano y explicaremos qué debemos hacer y cómo prevenir la gripe en caballos.
Contenido
La influenza equina es una enfermedad viral altamente contagiosa que únicamente afecta a los equinos. Según la OiE (Organización mundial de sanidad animal), la gripe es producida por los subtipos equino-1 (H7N7) y equino-2 (H3N8) del virus de la influenza A. Esta pertenece a la familia Ortomixoviridae y tienen un periodo de incubación de 1-3 días. Además, se expande con rapidez provocando brotes explosivos.
Por lo general se presenta de manera cíclica en unos espacios de tiempo determinados, aproximadamente entre cada cinco y seis años. Esta enfermedad tiene presencia en gran parte del mundo, los únicos países libres de influenza equina son Australia, Nueva Zelanda e Islandia.
La transmisión de la gripe es por contacto. Es decir, entre animales que presentan signos de la enfermedad con animales que están sanos. Se pueden contagiar a través de vectores mecánicos, como la ropa, el aire y secreciones nasales de animales que presentan síntomas. También los animales pueden propagar el virus antes de manifestar síntomas clínicos.
En invierno, los caballos que están en establos durante períodos muy largos tienen el riesgo de desarrollar problemas respiratorios. La mala ventilación para conservar el calor produce humedad, ya que se condensa en el aire la respiración, la sudoración, la orina y el estiércol.
La humedad, el amoníaco y el polvo en un establo cerrado agravan los problemas respiratorios. Por ende, en invierno el caballo es muy sensible a las bacterias y a los virus respiratorios.
Inicialmente, los signos de la enfermedad son tos seca, que le genera dolor en la garganta al animal y también decaimiento. Posteriormente, comienza a presentar secreción nasal de tipo serosa, es decir, un moco transparente. También presentan ojos llorosos, estornudos, temblores, fiebre, pérdida del apetito, dolores musculares, pulso y respiración acelerada.
La mayoría de los equinos se recuperan a los 15 días, quedando con secuelas como la tos durante más tiempo. No obstante, algunos caballos demoran hasta seis meses en mejorar por completo su capacidad física. Si no se le da un reposo adecuado, la evolución clínica se prolonga.
Usualmente la enfermedad no es mortal, pero sin el tratamiento ideal aparecen complicaciones que debilitan a los caballos. En los potros en particular puede avanzar hacia una neumonía.
Como primer paso, se debe tomar la temperatura y respiración del caballo. Si presenta fiebre (más de 38º), se debe acudir al veterinario inmediatamente para proporcionar los medicamentos adecuados. Si no tiene fiebre, se puede tratar el resfriado de la siguiente forma:
Medidas | Descripción |
Aislar al caballo enfermo | Por ser altamente contagioso, lo ideal es separar a los caballos sanos de los enfermos hasta su total recuperación. |
Mantenerlos calientes | Cubrirlos del frío con mantas y vendas, y evitar las corrientes de aire frío en el establo. |
Hidratación | Debido a la constante mucosidad y fiebre, es necesario mantener al caballo hidratado, con agua limpia y a temperatura natural. |
Racionar y reducir la dieta | Al presentar inflamación de garganta es recomendable adaptar la dieta a heno o humedecer el pienso, colocándolo directamente en el suelo para permitir el drenaje de la mucosidad. Lo ideal es proporcionar bocados suaves para caballos. |
Rutina de limpieza | Limpiar los ollares únicamente con algodón varias veces al día, luego de utilizarlo debe desecharse de inmediato. |
Medicinas | En caso de aumentar los síntomas, con la ayuda de un veterinario se le colocará antibiótico intramuscular, calmante para la tos y expectorante. |
La prevención es muy importante en este tipo de enfermedades altamente contagiosas. La vacunación es primordial para prevenir las virosis, sobre todo en los ejemplares que se movilizan y están en contacto con otros animales.
La vacunación correcta dota al animal de un nivel adecuado de protección. Es decir, se debe proporcionar según los criterios de los fabricantes de la vacuna.
Existen diversos tipos de vacunas contra la influenza equina. Generalmente su dosificación es dividida en dos o tres inyecciones intramusculares, con diferentes tiempos de espera entre dosis.
Dos de ellas son: EQUILIS PREQUENZA (Vacuna para la inmunización activa de caballos contra la influenza equina) y FLUVAC INNOVATOR 4 (Vacuna inactivada para la prevención de la Influenza Equina, Encefalomielitis Equina y Tétanos en equinos). Esto no garantiza que el animal esté 100% protegido, pero sí hará que supere el virus con menos impacto.
Para un control regional, es muy importante contar con la notificación de los propietarios, de médicos veterinarios o de cualquier otro particular que detecte que desde su predio se encuentran caballos con síntomas de resfriado. Con ello, se evita la propagación de la enfermedad, estableciendo controles de los desplazamientos y aislamiento.
El cuidado del propietario hacia el caballo debe ser responsable y preventivo, para no acudir a tratamientos respiratorios. Hay que fortalecer el sistema inmunológico a través de la buena alimentación. Además, se debe suministrar cantidades adecuadas de vitamina C y E, así como los minerales zinc, cobre y selenio. También se debe evitar el estrés, dedicarles a los caballos tiempos de relajación con baños y esquilado.